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CAMA SOLAR: DAÑO IRREVERSIBLE

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Según algunos estudios, la tanorexia conocida como la adicción al sol y al bronceado genera una necesidad obsesiva por lograr un bronceado cada vez más oscuro, ya sea tomando sol o mediante las conocidas camas solares. Se compara con adicciones como el tabaco y el alcohol. La tanorexia también puede ser índice de trastorno dismorfico corporal, caracterizado por la crítica constante y exigente respecto a la apariencia física o imagen.

Las personas obsesionadas con mantener el bronceado a lo largo del año son las mayores consumidoras de la cama solar. Si bien hace mucho tiempo atrás se la consideraba una alternativa sana al sol, nada de eso es cierto. La organización mundial de la salud las clasifico como cancerígenas, y mientras que en muchos países están prohibidas para menores de 18 años, en otros se encuentran totalmente prohibidas independientemente de la edad.

Las camas solares emiten dos tipos de radiación: UVB y UVA, pero pueden irradiar hasta 10 o 15 veces más de este tipo de radiaciones que el sol en horarios restringidos de exposición y en días de verano en donde el índice UV es extremo.

Muchos usuarios la utilizan con la excusa de que son las únicas que provocan pigmentación a corto tiempo, pero en realidad la pigmentación inmediata no se produce a expensas de la radiación emitida exclusivamente  por la cama solar sino por el gran estímulo que recibe la melanina ya existente en nuestra piel. A su vez se genera una hiperqueratosis de la capa cornea en defensa a la radiación que daña el ADN celular y puede desencadenar una lesión consecuentes de efectos mutagénicos, como carcinoma espino o basocelular, o melanoma. De manera que el riesgo de adquirir cáncer de piel aumenta cuanto más temprano se comience o frecuente con la práctica de tomar cama solar.

No solo es preocupante la práctica a nivel salud, sino a nivel estético. La radiación solar es causante del envejecimiento prematuro de la piel, más específicamente del tan conocido fotoenvejecimiento. Estas prácticas no solo generan lesiones hiperpigmentadas como maculas y lentigos, sino que descompensan la respuesta antioxidante celular endógena de la piel ya sean enzimáticas (SOD, catalasa y glutation peroxidasa) o no enzimáticas (vitamina E, Q10, carotenoides, y oligoelementos como Magnesio, Zinc y Selenio). Generan un gran aumento y circulación de radicales libre que no solo provocan envejecimiento, sino que alteran los ciclos metabólicos funcionales de la piel como lo son la formación de colágeno y elastina.

Aproximadamente 10 minutos de exposición solar continua poco controlada, es decir sin aplicación de factor de protección solar, equivalen a un 80% menos de vitamina c presente en nuestra piel, esencial para la formación de nuevas fibras de colágeno  y como antioxidante fundamental a la hora de prevenir las consecuencias generadas por la radiación solar.

La única forma segura de adquirir bronceado es mediante la aplicación de Autobronceantes fabricados por laboratorios de gran renombre, o las prácticas de sol pleno, pero no existen “radiaciones seguras” conocidas hasta el momento.

Claudia Vanesa Pisan

Master en Cosmiatria Superior Matricula Número: 2018014

 
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